Madrid
– 13 – 7 – 2014
Hoy
día 21/5/2014. me encuentro al lado del contenedor del papel,, un
saco lleno de libros Antiguos, rebusco y encuentro dos que me llaman
la atención. San Juan de la Cruz y obras de Santa Teresa de Jesús.
Siempre escuche que estos dos personajes, eran místicos a la hora de
escribir, ¿ hablaban con Dios ?.
Al
día siguiente empecé a leer el de San Juan de la Cruz, tres días
después lo deje, no pude con el, me pareció muy difícil de leer y
entender, me preguntaba, como los antiguos podían haber leído
comprendiendo su lecturas.
No
se, lo que buscaba, ¿ algún resucitado?, ¿ a muertos que hablan a
los vivos?, ¿ viajes astrales o visiones ?, que me pudieran sacar de
mi humilde ignorancia. Solo hay un libro, que habla de un resucitado,
que es el nuevo testamento, y yo quería saber si estos dos
personajes, captaron algo parecido, con otras personas fallecidas.
Ya
lo se, que es muy difícil de entender, pero tiene que haber
constancia escrita, de haber visto a una persona muerta, físicamente
y cuerpo presente paseando después por la vida. Por eso días
después empecé con las obras de Santa Teresa, 9/6/2014, que curioso
este año, conmemoran su desaparición en este plano terrenal.
El
de Santa Teresa, tampoco lo entendía, pero tampoco me degustaba
la
lectura; pudiera ser que al no comprender los libros, fuera en esta
vida, un pequeño y travieso diablillo, como hace referente la Santa
en su libro. Habla mucho de él, pero, no saque nada en concreto, de
su imagen, no lo describe al diablo, ni al infierno, ni al purgatorio
ni al cielo. El caso, que luchó, por ser una persona cabal, con
buenos sentimientos; que me perdones todos aquellos que le hice mal,
en pensamiento y obra.
Por
esto escogí estos dos libros, de una destrucción asegurada, para
hacer un camino espiritual, que seguro me falta, como dice santa
teresa, ella era un mortal pecadora yo también.
Pero
que Dios me perdones, pero no puedo con San Juan, y eso que ayer
escuche en la radio, que estuvo encerrado un año en una cueva, y la
única manera de comunicarse con Dios, era por mediación de una
calavera, que él introducía los dedos en la cuencas de los Ojos y
aseguraba la comunicación con el ser superior.
No
lo entendí y me aburrí, se me quitaron las ganas de seguir buscando
la verdad. Un día tras otro la mirada iba, hacia las obras de Santa
teresa, por fin decido después de tener a mano el libro.
Busco
algo para normal, como diferentes libro de autores, de lo
desconocido. Algo que eche de menos, ella no describe como es el
purgatorio, ni el cielo ni el infierno, sino que se pasa de muerte a
vida y de vida a muerte.
Pensé
que ser una persono mística, tendría un encuentro con alguna
persona ya desaparecida en la vida, un espíritu o un muerto, como
describieron algunos apóstoles o persona al resucitado. A nuestro
Señor Jesús.
Me
pregunte, que casi seguro, que la silenciaron y no pudo narrar todo,
lo que se novia a su alrededor como las visiones, o viajar en el
espíritu. Todo lo que le ocurrió, me quede con ganas, sobre todo,
de que me describiera al Diablo o Demonio, que en sus obras habla
continuamente. Me quedo claro que las visiones, pudieron ser
manipuladas, también me pongo en el lugar y época, como explicar a
una mentes retorcidas, el describir un viaje visionario o proyección
del cuerpo astral.
Sin
ser quemado o castigado en la sociedad del siglo XVI. ¿A quien no le
gusta leer o que le cuente algo verdadero, que fuera algo anormal?.
Se
convirtiera en un relato sobre natural, como lo describe la Santa en
algunas obras.
Menos
mal que en esta época, del siglo XX y XXI, tenemos un verdadero
protagonista Místico, me refiero al conocido periodista Juan José
Benitez; hoy por cierto he tenido su ultima obra en la mano, por lo
que pude leer, nos dice que estamos muy cerca de comprender, el más
allá.
Que
con el libro te ayudara a no temer por la muerte física. Santa
Teresa habla de siete morada, en sus confecciones, me dio un poquito
de luz al recordar, en un pasaje bíblico, el asesinato, de Abel,
quiero recordar que no le castigaron con la Pena de Muerte sino con
expulsión del paraíso.
Le
dijeron que moriría setenta veces siete, osea según Santa Teresa,
tenemos siete moradas antes de ir al cielo, tenemos que vivir y
morir, tantas veces como moradas hay en la vida, para llegar al cielo
o el universo.
Hasta
que su alma se de cuenta del daño producido a otras almas, volviendo
al libro de Santa Teresa de Jesús. Lo siento no pude terminar las
1340 paginas, no he leído varios capítulos quedándome en unas 800
paginas, un libro que en 1941 correspondía a la cuarta edición, y
estoy seguro que aquellos que en mil novecientos cuarenta y uno, que
compro este libro, jugándome con ellos una paga, sabiendo que la
mayoría no lo leyeron, por no decir también en estos años como
principio del siglo XXI.
Estos
libros como otros que he ido leyendo, lo voy dejando en los
autobuses, para aquellos viajeros que no les importar, tener una
agradable y matinal lectura.
Enrique
Hidalgo