Los Olivos

El País de la Piel de Toro

19-1-2012

Aceituneros altivos, decidme quien levanto, esos Olivos. Versos de Miguel Hernández en las voces del grupo musical Jarcha. Desde que los pasados años ochenta, tuve la ocasión de tener un cassette, que me gusta y sigo escuchando, recuerdos estos versos .Jamás pude  imaginar, que esos Olivos, fueran protagonista, en otros lugares.

Cambiaron de comarca, son de los Montes de Toledo, que varias veces al año, me recuerda la canción, sobre todo cuando culmino, lo alto de la sierra donde se planto estos Olivos, una cuesta casi empinada, me atrevo a decir que se  podría tener unos desniveles de subidas, entre los 20 a 25%.  

Que los mediados años ochenta, fue mi primera experiencia  Olivarera, conociendo el sacrificio del trabajo que produce, en el olivo. Esperando  al invierno, con mucho frío. Recuerdo que una vez llegado, al sitio con las ayudas de dos Mulos, unos tres kilómetros por un camino, de tierra y piedras. Culminando la alta cumbre, descargando los aperos, herramientas para la recogida de la aceituna.

Piedras a millares, pegadas entre si por la gran helada de la noche anterior, difícil de  andar entre ellas, por los continuos resbalones y torceduras de tobillos. Preguntando  quien plantaría estos Olivos, ya se podrían haber entretenido de enterrar las piedras.

Los Abuelos, me contestó  uno de  la pequeña cuadrilla  olivarera, las Piedras más grandes, están enterrados en hoyos más profundos, a base de muchos jornales, juventud  y sacrificios, sin maquinarias,   de, desmontar primero a mano la sierra, de zarza, jaras, quejidos etc. Eran otros tiempo me dijo el más viejo. Ora es cuando están dando más frutos después de treinta años de plantación.

 Finales de los noventa, subían maquinarias de cadenas, arando más que tierra, moviendo las piedras, ante se araban con las yuntas.

SuYuntas que con su estiércol, daban algunas vitaminas a sus raíces, hoy en día el nitrato, es meno trabajoso y más limpio, pero discutido en eficacia.

 La poda cada tres o cuatro años, se ha de hacer, sobre todo para que entre el aire y sol a todas sus ramas, dos elementos naturales benévolos, pendiente también de quitarles en septiembre los llamados, chupones, ramas verticales alrededor del tronco y ramas gordas, que impiden que el fruto engorde.

Estas faenas acarrean al pequeño dueño, un costoso trabajo, que el poco beneficio que dejan en las recogidas. Es para su mantenimiento y no olvidar, quien los planto, en su ilusionada vida.

 aceitoso liquido dorado, hace que sea un delicioso jugo en cualquier mesa o bolsillo ajenos,   como ocurrió en los  primeros años ochenta, en lo llamado aceite de colza. Los beneficios son mínimos comparado al destrozo que ocasionaros los culpables.

 También aumentaría sus consumos en los pasados siglos, cuando los Aceites eran usados en candiles quemados, alimentando sus lámparas nocturnas alumbradas en pequeñas estancias, alargando la vida laboral.

El mercado, quiso que el olivo, le bajaran su categoría de rey, saliendo otras variedades como la Soja o el Girasol, con costo más barato, pero la hombruna, no disminuyo, cada vez aumenta, algo falla no es problema, de los campos, estos hoy en DIA son más productivos, con las maquinarias existentes. Como la fotografía que pongo en el resumen de este blog.

Fue esta cosecha, que por fin un tractor el llamado paraguas,  pudo subir, en menos de dos horas se cogieron cincuenta olivos, con una producción de mil kilogramos. Que esto en otro tiempo, se alargaba la faena en  dos días enteros vareando, embazando el producto y su traslado.

Desde estas letras quiero dejar claro, que el hambre es un negocio, para algunas personas, sin escrúpulos, que trabajan en las blancas administraciones  de cualquier Gobierno.

Echando la vista atrás. El hombre miraba a los Cielos, suplicando una buena cosecha, para que no aumentara más el hambre. Hoy me atrevo a decir que los campos son más productivos, con tantos adelantos para la agricultura.

Menos sacrificado, solo hay que mirar a  la fotografía y pensar, que en menos de dos horas una maquina capitaneado por un solo hombre, recogió una tonelada de aceituna, terminando la faena. No será el cien por cien de     eficaz, pero el logro merece un aplauso.

Desde aquí, en este escrito, mi desacuerdo con estos señores  de Gobiernos, como Repúblicas, Democracias, Dictaduras, Monarquías etc. No quitáis el hambre del Mundo por qué no os da la real gana.

                                               

                                               

Yo estoy dispuesto con esta semilla, dejo un pequeño grano, no hará el granero, pero seguro que aumentara un poquito más, cuando vuelva otra vez a los Olivos, recordare para mis adentro la puerta de Alcalá, estribillo de la canción, de Ana Belén y Víctor Manuel.

Una mañana fría llego al olivar de pronto me apareció, alcé la vista y se encontró, me dijo mi cuñado ahí esta el olivo atractivo, mirando hacia Alcalá, esto no los planto ni Carlos III, ni su lacayo, si no el sudor del vasallo con otro tocayo y su caballo.

Míralos, Míralos  que majos son 

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el lobo

El País de la Piel de Toro

                                       Museo del Turrón


                                         15-1-2011

En un lugar no muy lejano de la jungla, en el bosque conocidos por aquellos, los paseantes Mediterráneos. los protagonistas de este cuento histórico, ni si quieran quieren acordarse,-(EstoMesuena)-no lo recuerdas.

Una parejita de jóvenes enamorados y progresistas (ambos creían en el futuro y en la conservación de su libertad) La niña referida a este cuento, le gustaba de esconder sus largos cabellos, con una caperuza (como las que se tapa a los Bolis ), pues siempre iba subida en la Vespa ella, atrás la caperucita le venía muy bien para proteger sus cabellos limpio de la suciedad levantada del suelo.

 Por la gran velocidad a que la llevaba siempre su novio ( era un galgo) esta pareja querían conocer mundo, no quisieran esclavizarse.

Con el mundo consumista, como lo hacían sus antepasados, nadie sabía su nombre, jamás se lo preguntaron. En la jungla, la conocían por la roja, ese nombre se lo pusieron a aquellas personas que se cruzaban con ella en el camino hacia el bosque.

Corre la leyenda que iba pegada a su solapa una gran chapa roja con imperdible, como la que aparece en determinadas paginas del Facebook, con una gran Oreja. 

Pero la suya tenía dibujado, una grande  Pece, que le servía de sujeción a la caperuza, cuando viajaba en la Vespa. 

Como en cualquier bosque, esta tenía una casa palacio, encantada, se la conocía por la Moncloa.

Pues todo aquel que entraba salía mal parado. En su gran pradera, Isidro, el guardes, dejaba merendar alrededor del pozo, este  agua es milagrosa, corrían las voces de un lugar a otro. 

Los amantes sacaron los apaños, en la cesta de la comida, fue sacando el jamón, queso, embutido, pan, vino, y algo más, un paquete envuelto en papel duro, que a la del Pece, se lo enviaron de Alicante,  Moro o Cristiano de Alcoy. 

En el instante que el paquete fue depositado sobre el mantel, que la pareja depósito en el suelo. Como si fuera el genio, el figura del paquete, se transformó en un horripilante bicho feo, creemos que fue un lobo.

 La pareja del susto se fue corriendo, con tan mala suerte que la roja del pece, tropezó cayendo al suelo, en ese momento el lobo o lo que sea, le dijo: que no se la podía comer a ella, hizo un pacto con uno cazador, me ofrecía un cinco jotas, a cambio de que ellos te coman a impuesto para toda la vida, sabes señorita que yo, paso de ti, y el bicho o el lobo se fue sin ante llevarse el jamón y el queso.

La parejita de la Vespa, decidieron que harían lo posible para frenar estos abusos a los amantes y decidieron crear ellos CCOO (Comidas, Campestres, Obreras, Ondiquieras) y estuvieron muchos, muchos, pero muchos años en primera filas del campo.

 Hasta que un sábado no cualquiera, la Pepa, esa que la llaman la constitución, pues sabe de todo, lo mismo del clima, que de derecho de música, de rebajas, libros, baile, mucho humor, comer y cantar. 

No es amiga del grajo, le ofreció a la de la chapita, que volviera a la lucha para los fines de semana, que hay demasiados lobos esos bichos horripilantes, que se encontró años atrás en la pradera, Cristina que por fin dijo su nombre, que llamaran a la perrera municipal, si se encontraran bichos horripilante lobos o como se llamen.

Y de esta manera como lo cuento querido amigos se a cabo esta pequeña historia. El horripilante bicho o lobo, se tuvo que volver otra vez a su bosque el de Alicante, el ansia de los cinco Jotas, le fue desgastando su fuerte colmillos hasta perder las dentaduras completas, volviendo a alimentarse del blando turrón a la piedra. 

             Enrique Hidalgo para El País de la piel del toro