Un Redactio más

sábado, 10 de noviembre de 2012

Una aventura animada

   
                             19-10-2011    Una aventura animal en la Ciudad

Llevo una par de días, escuchando, el run, run, de los dichosos pajaritos como son las Urracas, su canto o chillidos, son como si estuviesen enfadadas. De muy niño me gustaba, su colorido blanco y negro, recordando a los hábitos de las monjitas, con esta definición, creía que serían buenas compañeras, como mascota y sobre todo, que me imaginaba que la reina doña urraca, la tenía a montones, como las gentes del pueblo tienen el Palomar, por afición, es lo que te decían.

Pero me fueron quitando la ilusión, los amigos de mi misma edad. Diciendo que esos pajarracos, esconde todo lo que encuentra en las casas, no me lo creía, pero corría muchas leyendas, sobre todo rurales, de qué personas le echaron las culpa de haber robado, un anillo, joya, o algo parecido como dorado, que luego al cabo de los años encontraba.

Debajo de una teja, ¿sería cierto esto que me decían? me preguntaba una y otra vez, sigo preguntándome, si es verdadero o falso. Algo de real tiene que haber, si no a Doña Urraca, no le habrían sacado en el cómic, como una vieja ruin, nariz larga moño y vestida siempre de luto. El San Benito te lo ponen fijo, mentalmente me lo respondía.

Decidí no contar mí ansias de tener como  mascota, una urraca, aborreciendo ya su compañía, un día me preguntaron, que animalito me gustaría, le respondí  un jilguero, por lo menos era de colorines y cantaba, seguro que me alegraría el día, semanas después la abuela, me regaló un jilguero. Pero el pajarito echaba de menos su libertad y un día aprovechó que estaba la puerta abierta, para ponerle agua, y voló, ni se despidió, cantando.

Se fue alejando, quise  recordar que imita a Nino Bravo en su canción Libre, que poderío de cante que lastima,  dije.
En fin, decidí que lo mejor para tener mascota, era ir al retiro y después a la casa de  campo. Años después rondaría 1997/8. Me despertaron unos horripilantes chillidos, muy agudos, como cuando pasan los bordes de una tiza, en el encerado, bromas que se hacía muy a menudo en clase de secundarias, que algunos se tapaban los oídos, por el desagradable ruido.


Me asomé ala ventana, intentando visualizar, con la mirada, la procedencia del dichoso griterío animal. En la negativa visión, me hizo buscar otro Ángulo, desde otra ventana, más al sur.
Un gato negro, estaba abajo en los alrededores de un local vacío, en lo alto, en el árbol en frente del escenario, 

 se encontraba tres bultos negros, uno de ellos, se tiró en picado, hacia el suelo, desplegando su largas alas negras blancas, ancho cuerpo blanco y su cola en abanico, hacia el gato, pensé que el gato se pondría de pie, con las uñas agarrando al pajarraco, como hacen con el ovillo de lana, pero fue un pensamiento erróneo, en el momento que la urraca, se iba a posar en el lomo del gato, como su fuera un avión escondiendo su tren de aterrizaje.

Las garras, con su dos alas le golpeo al gato, este ni se inmuto de donde vino el golpe, estaba a tentó a otra urraca. Yo desde arriba estaba alucinando, con tanto gritos de urracas, el gato estaba como aturdido, otro pajarraco se poso más cerca del gato, después otro, un tercero en picado hacia el intruso golpeándole otra vez, y otra volviendo una de ella al árbol, a los diez minutos aparecieron dos urracas más, le estaban dando al gato una somanta de palo, que el animal, que se quedó como hipnotizado. Recordé cómo la infantería, se vuelve indefensa, frente a la aviación.


No puedo explicar más, la arriesgada misión aérea, frente al infante gato, pasaba de la hora de mi salida y la batalla seguía. Siempre he dicho que la unión, hace la fuerza, pero estos pajarracos, más que unidos creo que saben, tiene  inteligencia. Por la presente carta, Señor Araujo, me gustaría, que me informara ¿por qué? Este comportamiento tan extraño, de estos animales de Ciudad.
                  
Un Saludo Enrique Hidalgo.


FW: AraujoSuject: Araujo

From: ecoconsultorio@rtve.es
To: enrhid63@hotmail.com
Date: Thu, 3 Nov 2011 09:31:08 +0100


Gracias por escucharnos. Le contestó brevemente a través de la radio el próximo domingo a las diez horas y cinco minutos. He vivido exáctamente la misma experiencia. Saludos Joaquín

Corporación RTVE  www.rtve.es


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15-1-11


En un lugar no muy lejano de la jungla, en el bosque conocidos por aquellos, los paseantes Mediterráneos.
Que los  protagonistas de este cuento histórico, ni si quieran quieren acordarse,--(EstoMesuena)http://www.rtve.es/alacarta/audios/esto-me-suena-las-tardes-del-ciudadano-garcia/ -no lo recuerdas.
Una parejita de jóvenes enamorados y progresistas (ambos creían en el futuro y  en la conservación de su, libertad)
La niña referida a este cuento, le gustaba de esconder sus largos cabellos, con una caperuza (como las que se tapa a los Bolis ), pues siempre iba subida  en la Vespa, ella atrás, la caperucita le venía muy bien, para proteger sus cabellos limpio de la suciedad levantada del suelo, por la gran velocidad a que la llevaba siempre su novio ( era un galgo) esta pareja querían conocer mundo , no quiere esclavizarse.

Con el mundo consumista, como lo hacían sus antepasados, nadie sabía su  nombre,  jamás se lo preguntaron. En la jungla la conocían por la roja,- ese nombre se lo pusieron a aquellas personas que se cruzaban con ella en el  camino hacia el bosque--- corre la leyenda que era una gran chapa roja, con imperdible como la que aparece en determinadas paginas del Facebook, con una gran Oreja. Pero la suya tenía dibujado, un gran Pece, que le servía de sujeción a la caperuza, cuando viajaba en la Vespa.  

Como en cualquier bosque, esta tenía una casa palacio, encantada- se la conocía por la Moncloa- pues todo aquel que entraba salía mal parado. En su  gran pradera, Isidro el guardes, dejaba merendar alrededor del pozo, este del agua es milagroso, corrían las voces, de un lugar a otro. Los amantes sacaron los apaños, en la cesta de la comida, fue sacando el jamón, queso, embutido, pan, vino, y algo más un paquete envuelto  en papel duro, que a la del Pece, se lo enviaron de Alicante, un Moro o cristiano de Alcoy. 

En el instante que el paquete fue depositado, sobre el mantel que la pareja depósito en el suelo. Como si fuera el genio, el figura del paquete se transformó, en un horripilante bicho feo,  creemos  que fue un lobo. La pareja del susto se fue corriendo, con tan mala suerte que la roja del pce, tropezó cayendo al suelo, en ese momento el lobo o lo que sea, le dijo que no se la podía comer a ella,  que hizo un pacto con uno cazador, me ofrece un 5 jotas a cambio de que ellos te coman, a impuesto para toda la vida, sabes señorita que yo paso de ti, y el bicho o el lobo se fue sin ante llevarse el jamón y el queso.

  La parejita de la Vespa, decidieron que harían lo posible para frenar estos abusos a los amantes y decidieron crear ellos CCOO (Comidas, Campestres, Obreras, Ondiquieras) y estuvieron muchos, muchos, pero muchos años en primera filas del campo. Hasta que un sábado no cualquiera, la Pepa esa que la llaman la constitución, pues sabe de todo, lo mismo  del clima, que de derecho de música, de rebajas,  libros, baile, mucho humor, comer y cantar. 

No  es amiga del grajo, le ofreció a la de la chapita, que volviera a la lucha los fines de semana, que hay demasiados lobos esos bichos horripilantes, que se encontró años atrás en la pradera, Cristina que por fin dijo su nombre, que llamaran a la perrera municipal, si se encontraran bichos horripilante lobos o como se llamen.


Y de esta manera como lo cuentos querido amigos se a cabo esta pequeña historia. El horripilante bicho o lobo, se tuvo que volver otra vez a su bosque el de Alicante, el ansia de los  cinco Jotas, le fue desgastando su fuerte colmillos hasta perder  las dentaduras completas, volviendo a alimentarse del blando turrón a la piedra.