Los hilos del destino
Madrid 17/7/2022
Suena el whatsapp del grupo familiar, eran de los tíos que se habían marchado al pueblo para pasar unos días de descanso. La tía escribía," el hijo de Nati, se ha matado esta madrugada con el coche", nos quedamos de piedra, un chico de veintiocho años, que jugaba de pequeño con nuestro hijo, pero ya de mayores escogieron caminos distintos, pero aún así nos afectó. Un pueblo tan pequeño y la cantidad de chicos jóvenes que se quedaron a mitad de su vida en la carretera. Yo me acordé de mi profesor de autoescuela, allá por 1980, cuando nos enseñó, cómo ejemplo, la tres C, del código de la circulación de cosecha propia, nos decía: Recordar siempre la letra C tenerla muy presente al conducir, son las que quitan la vida. Cáncer, Corazón y Carretera, está última he conocido amigos que padecieron en ella. En mi juventud varios amigos, cuando me encontraba en el pueblo de mis padres, perdieron la vida cuatro de ellos, de los cinco que fueron de marcha en su nuevo coche. Y como el recuerdo de dos amigos de mi hijo y conocido nuestros, tan jóvenes como Rubén, que fue el mismo catorce pero del mes de septiembre, y día señalado por celebrar la exaltación de la Cruz y las fiestas patronales del Cristo de Piedra buena, en el siguiente pueblo al nuestro y que ayer, José Antonio tenía como destino, tan sólo en cuatro kilómetros de salida de nuestro municipio se encontró con la Parca, de cara segando su joven vida, los dos tenían en común la juventud y el vehículo. Y los dueños, sus hermanas mayores y dos familias deshechas, fueron enterradas en vida por el triste y corto desenlace trágico de su juventud. Y las dos mujeres, madres preguntándose, si su vida tiene sentido ahora. No teniendo la oportunidad de germinar sus semillas en esta tierra, condenadas a desconocer los futuros nietos de sus jóvenes hijos. De madrugada, a las cinco de la mañana de ese catorce de julio, nos sobresaltó a los tres un espantoso golpe con rotura de cristales, al levantarnos todavía con los ojos medio abrir y preguntando qué había pasado, recorrimos la estancia de nuestra casa en busca del origen, al llegar al salón en el suelo nos encontramos el mediano retrato de la fotografía, de unos familiares en el sueldo caído. La mujer dijo que sería el aire de la madrugada que empujón al cuadro, yo no quise alimentar más las especulaciones, pero yo intuí algo paranormal en casa, me acordé de mi antiguo jefes diciéndome que las casualidades no existen, las cosas pasan por el desorden de la manos del los seres humanos, pero yo no le quise ese día contradecirlo. A mí alrededor se me presentan casualidades donde otros ven anormalidades, fruto del destino, esos mitológicos donde los antiguos cuentan que estamos sujetos por los hilos tejidos imaginarios sujetando al alma de los seres humanos, que son cortados en el mismo instante que el individuo fallece. Dejando libre al individuo de su cuerpo carcelario. Al medio día recibimos más información, la imagen del destrozado coche con la intervención de los bomberos por atrapamiento con el mensaje de un vecino diciendo que el chico no tenía puesto el cinturón de seguridad, eso es lo que le mató dije igualito que hace ocho años en la misma carretera falleció Rafael que iba de copiloto dormido y sin ataduras hasta que Volvo el coche de José. Mi padre ya me lo dijo una vez que vino a visitarnos al pueblo estás carreteras, son muy peligrosas. En mil novecientos ochenta y seis con el coche recién comprado tuvimos un accidente, por la zona de cabañeros, pasando por Santa quitaría, era una resta de dos kilómetro y no me di cuenta que venía un cambio de rasante con curva peligrosa, iba pendiente del coche delante, pues él conocía el trayecto,me salí de la carretera dando varias vueltas de campana por terminar empotrado el morro en un pequeño terraplén, eso nos salvó la vida, y también que el día anterior llovió mucho dejando la tierra embarrada, clavándose el vehículo en el lodo y frenando el habitáculo, de la otra forma si hubiese estado la tierra dura y seca, en todo momento fuimos cociente de la gravedad de la que nos enfrentamos, una veces estábamos con el cuerpo boca arriba otras boca abajo, fue el cinturón de seguridad quien nos ancló en el asiento sin recibir golpe alguno, hasta que paró en seco el vehículo, saliendo al exterior por nuestro propio pie, y derrumbarme a los diez minutos al ser consciente de la gravedad del accidente. Estuve unos cinco años desviando el itinerario por ese atajo, ahora edificaron una casa a unos pocos metros de la curva con cambio de rasante y aunque no veas la señal se ve a lo lejos el tejado de la construcción. Ya he intentado coger otra vez el atajo , pero ante la negativas de la familia he tenido que desistir toda las veces. Yo y mi novia, ahora mi mujer tuvimos la suerte de ese día que la encargada de corta los hilos de la vida estuviese de cháchara con otras Moiras, seguramente y se le pasaría el tiempo en décimas de segundo en cortar las hebras o filamentos que no sujeta el cuerpo y alma para gozar la eternidad. años después, antes de llegar a ese tramo de la carretera, volcó un chico joven, con la mala suerte de caer el coche boca abajo en un charco que se formó la noche anterior, perdiendo la vida por ahogamiento y no por el accidente. Aunque el automóvil es una buena herramienta para facilitarnos la vida cotidiana en el traslado de un lugar a otro en el menor tiempo posible, que sepáis, también es una máquina de segar vida, por su velocidad alcanzada y el descuido en segundo del conductor. El tren y o transporte público van de maravilla y te puedes distraer en cualquier momento. Años después de tener este accidente mi compañero de trabajo perdió a su cuñado en una carretera comarcal y fue el terraplén quien segó su vida, como me lo contó después el, reviviendo mis recuerdo al momento mío, años atrás, como un terraplén, nos salvó a nosotros, o quizás el cuerpo y el alma castigado por la heridas de secuelas que deja el coche destrozado por el fatal abolladuras de la carrocería. Años después una prima nuestra y su hijo volcaron con el coche en esa carretera que José Antonio iba con esa dirección, también, tuvieron suerte no tuvieron ninguna moraton o herida al volcar el coche a unos cinco o seis kilómetros de nuestro nuestro Pueblo Manchego. recuerdo hace cinco años atrás, el hijo de flores, perdió la vida entrando al pueblo siguiente al nuestro, en este caso el, iba conduciendo una motocicleta, y estuvo bastante tiempo en la UCI, pero no pudieron sacarle adelante los facultativos, con tan solo diez y ocho años se marchó para no volver, tan solo queda el recuerdo de su corta vida. Desde aquí amigo lector te pediría una especial atención con las tres normas que aprendí en la autoescuela, las C, las dos primeras corazón y cáncer con los adelantos, médicos y una buena alimentación se le podía engañar con la genética a la enfermedad y vencerla engañando a las células defectuosas, pero la C, de la carretera esa depende de usted, no se puede encauzar, vencerla o derrocar a la muerte depende de usted, teniendo precaución al volante, se fiel a las normas de circulación y sentido común en el trayecto como la velocidad que puedas someter pisando el acelerador de los vehículos, descansar y si te entra sueño parar inmediatamente y nada de tomar alcohol eso es una de las principales causas de los accidentes, ni drogas. Como decía Perlita de Huelva en su canción " Amigo conductor precaución, la senda es peligrosa"
Se prudente todo depende de usted amigo lector. No alimente las estadísticas con tu final en este mundo.
Enrique Manuel Hidalgo para El País de la Piel de Toro.
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