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lunes, 1 de enero de 2024

Al final lo cogí

El País de la Piel de Toro





Madrid 16/11/2022

  

Al final lo cogí.

Palabras 1.119




Mira que tuve precaución en no coger ese maldito virus del covid19. Me estuve librando durante dos años, teniendo todo tipo de precaución. No se quien me lo ha pegado, quizás en el transporte público, pues en el metropolitano vamos como sardinas en latas, desde que el gobierno rebajó el abono transporte desde septiembre 22, no está mal que antes me costaba 55 euros y ahora 25,  hasta el 1/1/2023,  y si se nota el gran número de viajeros tanto en bus como cercanías y metro. Y me parece una buena idea que el gobierno se haya decidido por esta genial planteamiento, como motivo del encarecimiento de los combustibles fósiles, pues últimamente el coche nos resultaba muy caro para usarlo en nuestro desplazamiento diario a las entradas de nuestros puestos de trabajo. Pero lo negativo es que el virus también viaja en el transporte público, pues los contagios suben mucho y al día de hoy 23 de noviembre tenemos en la comunidad de Madrid 2.951.49 personas infectadas y casi 20.000 fallecieron por la enfermedad.  Tal vez lo pude atrapar en el portal o ascensor de mi domicilio, que sería lo más probable en el trabajo todo los días los desinfecto con agua y lejía y Sanytol spray, pero en mi domicilio no tengo controlado a la gente como aquí, en esta comunidad, aunque nadie te va a decir que padece la enfermedad del virus, tan solo  hoy viernes día 25, el señor Manuel me comentó que su mujer está infectada y no sabe cómo lo agarró, días después el también cayó. Volviendo años atrás, mi hijo lo llevó a casa en verano 2020, por una imprudente compañera de trabajo que se quitó su mascarilla en el coche, al comer una galleta por encontrarse mareada y mi hijo se ofreció a llevarla al médico en su vehículo al médico, después iría a la universidad, en casa sobre las 20,30, se encontraba mal y la madre e hijo se presentaron en el ambulatorio, confirmando su positivo, al día siguiente su madre también fue contagiada, y estuvieron en el domicilio confinados y con unas fiebres altas y  dolores musculares, que no eran capaces de tenerse en pie, mareos, vómitos durante 20 o 30 días. Encerrados en distintas habitaciones, ellos  lo estaban pasando muy mal, yo decidí pasar el cautiverio en otra cámara.  Día a día el médico o el rastreador se comunicaban con ellos por teléfono. Mientras tanto yo me iba al trabajo y volvía por la noche, comunicándonos los tres por videollamada por la noche, algo patético, después de recuperarse mi hijo  salió un viernes con los amigos y volvió a cogerlo, también estuvo mal, la segunda vez. Así que el jueves 17 de noviembre, me empezó a doler la garganta, hice achaque de la corriente de aire que estaba sometido por la tarde por tener la puerta de la calle abierta, creo por la noche me tomé un Efferalgan efervescente,  un anagercico que me alivia cualquier dolencia pero no lo tomo con frecuencia por darme sueño. A media noche note mucho frío y de madrugada me desperté con la camiseta del pijama encharcada de sudor, pensé que hubiese subido algo de fiebre en la alborada. Desayuné  y me fui a trabajar y al mediodía del viernes empecé a tener mucho frío y mucho cansancio, deseando que llegara las 20,00 de la tarde para salir pitando para casa y acostarme. En casa le dije a mi mujer que me encontraba mal, me preparo la habitación azul y me hizo el test del covid19, automáticamente en el momento salió positivo en el virus. Así que me pase todo el fin de semana confinado aislado a base de analgésicos. El lunes me fui a la farmacia para pedir paracetamol, me dijeron que de un gramo tenía que ser con receta, así que pedimos cita a mi médico de cabecera por internet y me la dieron para el tres de diciembre a las 13,30 vía telefónica. Yo creo que para ese día ya estaré curado, pues este domingo veintisiete todavía daba positivo pero con menos virulencia. El lunes me levanto mejor, bueno lo único síntomas eran un simple dolor de garganta y un malestar general. Recuerdo que mi mujer me decía que cuando cogiera el virus me iba a enterar. Peor estuve a mediado de los noventa, cuando de repente en el trabajo me empezó a subir una alta fiebre y malestar general, hasta qué punto estaba malo, que el jefe mandó ese día para casa.  Ahí  sí que noté que algo raro como un virus extraño se agarró con fuerza a mis entrañas, desapareciendo al día siguiente de una noche y madrugada sudando por la alta temperatura. Así que me fui a trabajar este lunes 28 de noviembre, por la tarde apareció Javier, que la semana pasada tenía los mismos síntomas que yo, y al preguntar cómo se encontraba me dijo él seguía con la garganta, tuvieron que ir de urgencia el sábado pues su mujer se ahogaba y no podía respirar, hasta que le pusieron oxígeno y la mandaron a casa, pero me dijo que ya estaba mejor, diciéndome al momento que le dio pena la cantidad de niños pequeños y de pocos meses, llenaba las salas del hospital de urgencia al que fueron.  Al día siguiente me volví hacer la molesta prueba con ayuda de mi mujer introducir el palito por las nariz impregnando las mucosas nasales y mezclarla con la disolución correspondiente, vertiendo del pequeño envase dosificador unas gotitas en la plataforma del plástico que nos vendieron en la cercana farmacia del domicilio, espera unos quince minutos y el resultado fue negativo ya estaba curado. Días después a las pruebas las noticias  comunicaban el alto contagio por el virus. En lo internacional veíamos imagen de ciudadanos chinos en su país, protestan en la calle desobedeciendo a su estricto gobierno por la obligación de seguir confinados en sus casas por la norma de tener cero contagioso, esto es imposible acabar con esta enfermedad, creo que lo que pretende nuestros gobiernos democratico que todos nos contagiamos y de esta manera por mediación de las vacunas, el virus pierda su actividad destructiva y pasar como si fuese una simple gripe, pero desgraciadamente la gripe cada año sega muchas vidas también, a lo mejor sería proponer a nuestros científicos sanitarios y farmacéuticos, en buscar algún remedio para que nuestras células no envejezca tan deprisa en vez de buscar medicamentos para alargar la vida en la tercera edad, que es cuando estamos más desprotegidos por estas enfermedades víricas.




Enrique Manuel Hidalgo para el país de la piel de toro. 


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