El País de la Piel de Toro
En Un lugar de las ondas, de cuyo nombre no me acuerdo, no es por no querer, si no por eso que le sale a uno pasando cierta edad
En Un lugar de las ondas, de cuyo nombre no me acuerdo, no es por no querer, si no por eso que le sale a uno pasando cierta edad
Casa Natal de Cervantes ( Alcalá de Henares,Madrid) |
A
cierta hora de la sobremesa, se tomaba un café cargado, muy cargado, en
la cafetería del Quijano, de ahí tomo el nombre del caballero. Quijano
Valdés Alonso, conocido en la comarca, como el Quijote cafetero, Señor
del la Puebla, descendiente de los de Santa Cruz y del Marquesado de las
tarde libre. Andaba un poquito chaveteado el quijote cafetero. Culpa de
los trabajos realizado en Cierto Almacenes, en épocas Navideñas, en
paqueteando regalos al ritmo de villancicos. Duras jornadas de ocho y
nueves horas, de ahí su gran pasión por tener aventuras, el run, run, de
todos los días de hacia Belén va una Burra rin, rin, rin, no se quitaba
la idea de la cabeza, quería a toda costar viajar y conoce esa tal
Belén. Pero pensó que no podría ir solo, tenía que buscar a otro
caballero de menor rango, que le sirviera en su recién creada empresa
Rokcamgoles-ca. Era la única música que soportaba, los cuarentas
principales repetitivos, ya no lo aguantaba, m-80 le parecía cursi, onda
melodía, se dormía, hasta de pie, la 100 pasada. Se encontraba
musicalmente perdido. Hasta que Carina, la hermana del Quijano dueño de
la cafetería, dijo les, Alonso tienes mala cara, como ese señor de la
Triste Figura, del Milenio pasado, Respondiéndole Alonso, Quiero ir a
conocer a Belén, la señora de mis sueños, la Condesa del mancho trozo
tengo una burra, pero no tengo a nadie quien me acompañe, respondió
Alonso. En ese momento, del techo salió una dulce canción, dejando
alucinado a nuestro querido Quijano, escuchando en bobado la canción,
que decía hoy vas a descubrir que el mundo es solo tara ti, nadie puede
hacerte daño, hoy vas a comprender que el miedo se puede romper con un
solo portazo. Preguntando el señor Quijano, por tan sencilla letra la
autora de esta canción, pues le recordó a su querida Señora la del
mancho trozo.
Sancho,
más conocido como Manolito, hijo pequeño de los Sánchez, uno treinta
corría por la comarca, el rumor popular le conocía como un viajero
estelar, siempre estaba en las nubes, a no tener muchos recurso
económicos viajaba con su mente, su lugar preferido era la cafetería del
Quijano, en ella escuchaba los viajes, que ciertos pasajeros de paso se
contaban. Respondió, sancho es bebe, el caballero se le quedo mirando y
respondiéndole, un café solo con hielo. Sancho pensó en la guasa,
riendo y tocando las palma, al son del taca, tacataca tacataca ta, le
contesto que la Bicha. Pánico al horripilante ser, salto y se escondió
en el Baúl de recuerdo de la, hermana del Quijano. Creyendo que entro
una gran serpiente, seguido se escucharon unas risas. Carina, saltos
unas flechas imaginarias ambos señores, pensando que ya, por fin
tendrían D. Alonso un compañero enfrascado en su nueva Empresa. R.N.E.
¿Rumbero Niños Extremaduro?.
Continuará.
Enrique.
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