19 de diciembre 2019
¿Qué hacer con los Libros?
Los libros se me amontonan, hoy se hizo limpieza, ¿no sé dónde voy a colocar tantos? Pensamos en llevarlos al Pueblo, pero el problema de espacio preside también en este lugar.
Se venderá, ya hace unos años, se llevaron a la cuesta de Moyano. Así que le toca llevarlo al niño, lo que saque te lo quedas, así se quedó. Padre me responde, con la cantidad que llevamos, la otra vez, no me dieron ni para ir al cine.
Bueno, lo llevaremos a la biblioteca, ayer pregunte si los cogían, me dijeron que sí, si están en buen estado, Juan me dijo, como regalo, te entregaran un recibo de donación a tu nombre.
En las vacaciones de verano, no recuerdo que día fue, se llenó el carro de la compra, de narrativas novelística, y enfilamos calle arriba, hacia la biblioteca de la comunidad de Madrid, Miguel Hernández, lo dejamos en recepción donde los encargado de la custodia del pergamino, pasarían a seleccionarlo.
Reclame mi recibo de donación, el bibliotecario, nos respondió que la donación era de tipo anónimo, y que no daban ningún documento o certificado de este cometido, nos preguntó, si, los libro lo dejábamos o si nos lo llevémonos otra vez de vuelta.
Miramos la montaña de libros, unos cincuenta, por no meterlo otra vez al carro, Salir a la calle con el calor que hacía, tirando de él, calle abajo, decimos dejarlo.
En Semana Santa, en el pueblo, tuve la suerte de encontrarme al concejal de festejo, entablamos conversación, pregunte si en la biblioteca del Municipio, recogían libro de donantes, si claro, me respondió, además te tenemos que dar un recibo de la donación.
Al año siguiente, recaude uno veinte libros, me dijo que se lo dejara al alcalde, pues él no se encontraba en el pueblo, a los dos o tres meses, pregunte por mi recibo, preguntándome qué títulos de novelas, eran, pues la bibliotecaria, los mezclo con lo que había ya en depósito.
Pues no me acuerdo les dije, para la próxima vez, nos trae una lista de los títulos y autores, para hacer el recibo correspondiente, me traslado la respuesta del señor Alcalde, Así lo haré le respondí.
Mientras tanto yo seguía leyendo y comprando libros, o de los que algunos vecinos me obsequiaban una vez leído, lo iba acumulando, como iba al pueblo cada seis meses, y no quería acumular, decidir dejarlos en bancos, para que otra persona lo leyera, pero me tenía que desplazar muy al centro, por lo que decidí, dejarlo en los asientos del autobús, con la descripción que era un libro donado para su lectura.
Pero vino la señora samaritana, al coger el fascículo, se levantó y fue hacia el conductor, entregando el manuscrito, el conductor le dijo que era para la lectura del viajero, pues ya encontraron varios ejemplare. Insistió la buena samaritana, que era un olvido de algún estudiante. Dejándolo en salpicadero, por si el dueño lo reclamaba.
Por la noche la coincidencia, me llevo a coger el mismo autobús, gana me dio de cogerlo, entablamos una charla con el conductor, lo entregaría a cocheras, a objetos perdido.
Deje de hacer entrega en el bus, y en los bancos. Con el cambio de trabajo, volví con mis andadas, de dejar libros, pero esta vez en los asientos del metro. Pues veían infinidad de viajeros enfrascado en lecturas de libros.
Al probar un nuevo itinerario, en la estación de Mar de Cristal, me encontré con una caseta, que ponía BiblioMetro, preguntando si ellos recogían libro. Me respondieron que no, pues no tenían espacio suficiente, para más manuscrito, eso mismo le dije yo, en casa no tenía espacio. Que lo hiciera a través de las bibliotecas de la comunidad o del Ayuntamientos.
Son ellas las que nos suministra los libros. Llegó a últimos del mes, me acerque a la oficina de mi empresa en Moratalaz, con la intención de firmar como meses anteriores la nómina mensual correspondiente.
Al salir del metro, subiendo arroyo belincoso, me topé con la biblioteca del ayuntamiento. Al mes siguiente entregue varios libro, sin recibo alguno, pues ellos también me dijeron que no lo daban.
Pero como me pilla de paso y no me tengo que desviar, los llevo allí, siempre pensando en que alguna persona leerá los dramas y novelas, que en su día fueron mía, pero a causa del espacio de estantería, librería, me tengo que deshacer de ellos, muy a pesar mío, más lastima me daría dejarlo en el contenedor correspondiente al reciclaje.
Cada libro que dejo en depósito. Escribo una leyenda en la primera página, que reza de esta manera: Este libro es un obsequio de www.manuelelhidalgo.blogpot.com.
De esta manera, mi amigo lector, si te encuentras con un libros con esta característica, en una donación mía.
Enrique
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