El País de la Piel de Toro
Madrid 21 / 3 /
20216.
D. Ignacio Garralda Ruiz de Velasco
C/ Paseo de la Castellana, 33
28046 Madrid.
Madrid 1/ 1 / 2017
Esta es una carta
dirigida a una compañía de seguro en Madrid, que al final puede ser
válido a otras, como están los caso de los seguros, que la providencia os
proteja. Jamás pensé que adquiriendo un seguro de hogar, tendría todos estos
problemas, así que decidí mandarla al mismísimo presidente de esa compañía,
por lo menos, para que lo sepan las grandes esferas.
Después de todo nos
llamaron para pedirnos perdón y hacernos el ingreso correspondiente a las
facturas de las cerraduras. Pero el cabreo que ese día, nos dieron, no tuvo
compensación. A ver si ustedes le pasan este atropello, y tienen más suerte,
pero lo acertado es que no ocurra ningún desagradable incidente.
Muy señor
Mío:
Tenga la bondad de no pasar por alto, este incidente en forma de queja,
de una familia mutualista, que quien escribe y su cónyuge, tienen contratado,
los seguros, automóviles, hogar y fondo de pensiones.
En la fecha del parte del seguro de hogar con fecha,
16/2/2016, sobre las 15 horas de aquel martes, se llamó a Mutua Madrileña Hogar, para que nos enviaran un cerrajero, a domicilio, pues la cerradura del
fax de la puerta, no respondía a las órdenes de la llave, estaba con el pestiño
de seguridad, roto, que solo se abre desde dentro.
Se presentó a las 17,30, de la tarde, pues en la
centralita, nos aseguró que tardaría unas dos horas en ir. No fue capaz de
abrirla. Con lo cual explicó, que tendría, que taladrar el bombín, hasta un
centímetro, antes de llegar a la barra, con la intensión de empujar el seguro,
que se pasó más, de lo habitual y que el
segundo cerrajero, nos informó, del destrozo, que ocasionó, este primer cerrajero.
Todo esto, tuvo que pedir permiso a su empresa, pues
parece que no tienen autorizado, romper la puerta, pues no era ya capaz de
abrirla. Mientras, que intentaba, con el taladro, mi esposa, llamó otra vez ala
muta hogar, y le pasa el celular al cerrajero, para explicar a mutua, las
incidencias de la cerradura, y que venga otro cerrajero, que tienen mejores
herramienta, antes de colgar, la señorita operaria de la mutua, le dice, que en
una hora estará el segundo cerrajero.
Por orden mía, le digo que llame, otra vez al seguro
después de más de una hora, sin venir, yo desgraciadamente, me encontraba fuera de Madrid. Su sorpresa fue, que no estaba reflejada por ninguna parte, el
segundo aviso, que el cerrajero informó a la telefonista de
la mutua, ni rastro de la conversación con el cerrajero y el operario, del Seguro.
Volviendo a tomar otra vez nota de la incidencia.
Asegurando, que en una hora estaba el cerrajero en el
domicilio. Cuando llegue a mi domicilio, a las 21,15, de aquel siniestro día,
me encuentro a mi familia, tirada, en el descansillo, del rellano de la casa.
Sin poder entrar y solos, sin ninguna explicación por parte de ustedes.
Cogí el celular, muy enfadado, sabiendo que la señorita
que me atendió, no tenía la culpa, que urgentemente tengo que entrar en el
domicilio, pues en él, estaba unos medicamentos, que no podía dejar de tomarlo,
estando en tratamiento médico con riesgo de sufrir un ataque.
En la incidencia, me indica que le dé el número de
teléfono, pues antes, tenía que hablar con la persona, que supuestamente tenía
que haber venido dos horas antes.
Minutos después, suena el celular, el segundo cerrajero,
nos confirma, que en una hora, está con nosotros en el domicilio, eso mismo nos
llevan diciendo ustedes cada vez que llamamos, le respondo, cuando nos dice
que estaba saliendo de Guadalajara. El segundo cerrajero apareció a la 23,15 de
la noche.
Confirmándose, que nuestro aviso se lo dieron a las 20,00 horas de
la tarde, como verá usted, esto no era normal, un secuestro por parte de la
compañía, pues eche usted la cuenta, de las horas que estuvimos, sin comer, ni
poder ir al servicio, cansados, malhumorados, sin tomar ningún tipo de
medicamento, incrementando, euros a las cuentas de telefonía de Orange, etc.
Después de más de una hora, intentando, nos dice, que no
puede abrirla, que la única solución es romper el cerco, y que su empresa no le
autoriza. Cuando ya está uno harto de estas inclemencia, por parte de su
compañía, sufriendo un verdadero calvario.
¿Qué pensaban ustedes hacer con
nosotros?, pasar la bola, o ¿dejar que nos busquemos la vida?.
Le aseguro, que me arrepentir, en ese momento, de darme
de baja en Mapfre hogar, para irme con vosotros, por tener, con ustedes desde
haces años contratados todas las pólizas.
Y si contratamos un seguro con
ustedes, es para que en casos como este, nos den una rápida solución, y no
coger un cabreo de tres pares de narices.
Mi mujer desquiciada ya con el segundo cerrajero y ya
pasadas las 0.30, de la madrugada, dijo que él no se movía de allí, hasta que
no abriera la puerta. Nos dijo que la única solución era romper el cerco, pero
le teníamos que firmar un documento, o una autorización.
Señor Garralda,
como verás, después de diez horas secuestros por ustedes, firmamos, esa
autorización, y en menos de cinco minutos, lo que tardó en poner un nueva broca
para madera, entramos en el domicilio, eso sí, tuvimos que pagarle una
cerradura, que cedimos a cambiarla
nosotros por seguridad, pero con la otra cerradura, que rompieron ustedes,
nadie de ustedes se ha puesto en contacto, imagino que este incidente, no
llegó, donde tiene que llegar.
Señor Garalda, como verá, me hubiese costado más
barato, en buscar un albañil, hacer un
simple agujero, en la pared, para que entrara, el brazo y libra, el seguro del
fax, y Luego taparlo, en menos de dos horas, hubiésemos entrado en el
dormitorio, sin el cabrero o la incertidumbre, que ustedes están creando, y
ahorrando más de 300 euros, que me cuesta este tipo de servicios.
Tenga en cuenta que jamás me queje, con la formidable
actuación del seguro del automóvil. Se
despide de usted los Mutualista.
Enrique Hidalgo, Socio, 5418912 Póliza
916652.
Mª. P. M. Socio, 6207715 Póliza
2011480