el pais de la piel del toro
El País de la Piel de Toro
¿ Quien contamino a quien?Madrid 24-9-2009 1355 palabras.
Todos
tenemos el derecho a la Vida y a la integridad física y moral, sin que
ningún caso, pueda ser sometido a torturas. Esto último, en concreto en
mi caso, e imagino que a mis compañeros de trabajo.
Se
nos presento, la tortura de la duda. Qué narices respiramos, que una
semana después, tengo un picor de garganta, con una sensación de incomo
con el siguiente escozor de ojos, no muy frecuente, el escozor, también
como si los músculos del interior de mi garganta, se contrae, con el
resultado de un pequeño picor continuo.
Después
de una semana, meditando lo sufrido por mí y mis compañeros. Añado que
durante la jornada laboral, estos individuos, nos privaron a todos, el
deber de trabajar y por lo tanto el derecho al trabajo durante ese día.
Como dice el artículo de nuestra Constitución, lo describe, solo hay que
leer y comprender el esfuerzo, de superar día a día, para una sociedad
más justa, para las personas y del Medio Ambiente, que muchas personas
nos interesa salvaguarda la Naturaleza, con vertidos ilegales, buscando
responsabilidades.
Exijo a las autoridades competente, el derecho y
protección de nuestra salud, para estos ciudadanos , su persecución, de
las autoridades, con sus competencias, en el castigo, para estos
individuos, que nos privaron a nosotros de un día adecuado , con el
agravante de haber podido desarrollar una enfermedad, a causas de este
mal.
Que
estos terroristas de la salud o empresarios, nos obligaron a respirar
unos productos químicos, vertiendo, esto líquidos a los alcantarillados
públicos, sin el consentimientos del Personal adecuado , en función a
los vertidos contaminantes o empresas adecuadas a estos productos
tóxicos, con el resultado en vapores que desgraciadamente respiramos
todos ese día 24 de Septiembre del 2009.
Yo
Enrique Hidalgo, declaro que hoy día 24/9/2009. Como si fuera otra
jornada laboral más. Llegue a mi puesto de trabajo, con el agravante de
que me costaba el respirar, produciendo un olor putrefacto, insoportable
en el ambiente, antes de entrar en el lugar laboral, que no le di
importancias por tener a unos doscientos metros.
Un matadero porcino,
Dependiendo del aire siempre deja un olor insoportable como el que dejan
estos animales, en general, en el ambiente de dicha calle, como
también los vapores, salidos de los alcantarillados, mezclándose estos,
con todos los olores generales, en dicho polígono industrial de
Vallecas, sito, en la c/ Luis I.
Entrando
ya, en la mencionada nave, después de fichar, en mi puesto de trabajo
en al Almacén, de la nave. Escuche, como mis compañeros, se quejaban con
razón.
Con el insoportable ambiente de este día, con un fuerte olor Gas
muy fuerte, mezclado con algo, tal vez, con líquidos, que se hacía
imposible la estancia, en el lugar; en la nave. Se levanto la gran
puesta abatible del muelle, con la intención de que se fuera el fuerte
olor, pero el olor estaba, en el aire como de bajo, en los colectores
del alcantarillados, arquetas de registros, interiores de la nave, se
abrieron ventanas, todas, del taller, oficinas, cuartos, con el fin de
una rápida ventilación del lugar.
Pero no fue valido, este movimiento de
corrientes de aire. el nauseabundo olor, salía al exterior de la nave,
por las ondas arquetas de registros, de donde se acumulan las aguas
recogidas del tejado, con el fin de dar salida al colector general del
alcantarillado, que esta fuera, en la vía Pública.
Provocando
estos síntomas, el malestar general; ganas de vomitar, picor en los
ojos, piel, algunos compañeros con el fuerte hedor, se mareaban.
La
encargada, jefa del almacén, procedió a sellar las juntas de las
arquetas, de registros de agua de lluvia, con unos rollos de plásticos
adhesivos, para usos internos nuestros. A dos metros de altura, del
suelo de la nave, una plataforma metálica ocupada como otro almacén, con
el suelo enrejada metálicas, con el fin de pasar el calor en la parte
superior, los vapores también subieron, observando los comportamientos
de mis compañeros, con sus quejas
. Pasando unos minutos pedir permiso, a
la encargada, para llamar a 010, información del ayuntamiento de
Madrid, para denunciar la posible fuga del gas. El interlocutor, me da
el número de teléfono del gas natural, para dejar aviso del escape,
respondiendo le yo, que nosotros en la nave no tenemos cometidas del
gas, me dice que espere un momento, segundos después de indica el
trabajador del 010, que llame a los servicios de emergencias,
comunicando el resultado de la conversación a la jefa del almacén.
Después de darle las novedades, le pido permiso para llamar a los
servicios de emergencias. Me responde, que lo comunicara con la
dirección de la empresa, preguntándome que si los bomberos cobras la
salidas a quien los llame, respondo, creo que sí. Mientras tanto,
vaciamos cubos de aguas por el desagüe que tenemos dentro del muelle,
que se comunica con las arquetas interiores, pero es inútil, hueles más y
el picor, en los ojos se acelera.
Pasado
varios minutos, me autorizan a llamar a los bomberos, teléfono en mano,
llamo al 112, servicios centralizados de todas las urgencias, después
de oír una grabación de voz, una señorita al otro lado del teléfono, le
informo de lo que observo, me dice que no cuelgue, que me pasa a otra
persona, creo entender que es un medico, esta persona me dice que le
describa los comportamientos de las personas de la empresa, y cuántos
trabajadores somos.
Le describo lo que observo, siento como un fuerte
olor a gas, que nos produce al respirar mareos, con ganas de vomitar,
con las arcadas producidas a este olor nauseabundo, picor en la
garganta, escozor en ojos. Me contesta, que cerremos todas las cometidas
del gas. Respondo que nosotros no tenemos gas en la nave, que el olor
sale de las arquetas interiores de la nave. Desde el otro lado del
teléfono, me ordena que salgamos, todos los trabajadores a la calle,
abramos puertas y ventanas, que vienen de camino.
Estaríamos de hora
10, o 10,30 de la mañana, minutos después el presidente y dueño de la
empresa, encuentra a la mayoría del empleado en la calle, esperando la
llegada de los servicios de emergencias.
Unos
quince minutos después, de mi llamada. Puntualizo, que cinco minutos de
reloj, esperando a cualquier servicio de emergencia, te dan la
sensación de alargarse el tiempo más de lo habitual, tiempo suficiente
para sacar de sus casillas al dueño de la empresa y mal interpretar,
cualquier cosa ajena a su control, ante la dudosa eficacia en mí.
Dio
una nueva orden de llamar a los bombero, el presidente de la empresa.
Preguntando unos a otros, cuál era el número, ¡no sabiendo ninguno de
mis compañeros! Quise decirle yo el número, antes de terminar la
frase una voz autoritaria del dueño. Me indico con despecho, que ya hice
yo bastante como enredar, esta situación.
En esos instante, ante que
descolgara el teléfono, se oyeron, las sirenas de las emergencias, al
principio de la calle, visualizadnos entre cincuenta a setenta personas,
para este tipo de de situación.
Para
los miembros, de estos servicios, que componen un buen número, de
personas vocacionales, mi profundo agradecimiento, a ellos. Estoy casi
seguro que este mundo, es algo mejor, por el resultado de su labor. La
encargada, fue la primera en ser atendida, por la gravedad que
presentaba, en la intoxicación, de estos gaseosos líquidos, químico
vertido en la red pública del alcantarillado, que las pruebas de los
resultados, dio negativo, no siendo tan grave, dándonos a tender que de
forma voluntarias, podríamos estar en el hospital unas horas más.
A no
ser nocivo para mí, no quise ser atendido, pues antes que vinieran, me
bebí un vaso de leche, como hacen los mineros antes y después de entrar
en la mina, erróneamente no se debe de hacer como me explico el jefe
médico, del Samur, por la tarde otra compañera, tuvo que ser atendida en
el hospital. La ropa estaba toda impregnada del olor, el malestar,
garganta, escozor, junto con el olor me duros unos quince días más.
Otra desagradable experiencia.
Enrique.