El País de la Piel de Toro
21/12/2017
Mi puesto de conserjería, me ofrece muy a menudo, conocer
a chicos y chicas de distintas edades y
países diferentes, en el programa Europeo de Educación y Formación, más
conocido como Erasmus.
Hace unos meses, conocí a un muchacho de entre los
veinticuatro o veintiocho años, de los EE.UU, natural de Chicago,
como se presentó.
Vienen entre seis u ocho meses, a perfeccionar su español,
y ya lo creo, salen con un buen nivel, gracias a una academia, Don Quijote, que está por la plaza de España, según
como me cuentan ellos.
Es ahora, cuando me doy cuenta de las miles de personas,
enamorada de nuestra cultura, idioma, país, y sus costumbres.
Como me han ido demostrando todo chaval
o chavala, se fascina por todo lo Español,
paradoja de la vida, algunos de nosotros, nuestra rica cultura y origen la
echamos por la borda.
Yo estoy orgulloso como
mi amigo Brando, de este País de piel de Toro. Muy gustosamente le explique
el origen, de su nombre mitología o leyenda, se quedó con un poquito más de nuestra
cultura, Península Ibérica.
Pasaban los días, se acercaba más a conversar, aunque
estaba en la universidad, haciendo un cursillo acelerado de nuestra lengua.
Era tarde y noche, cuando platicamos
un poco, antes de mi hora de salida, mejor dicho me preguntó por su
significado. Explicándole, que esta palabra se desarrolla en el Quijote, de Cervantes, y la pusieron de moda otra vez los Hispanoamericano, que salieron de sus tierras natales, para recordarnos que sus raíces,
son también latinas como en los pasados siglos.
Se daban a las tertulias
de D. Quijote y su escudero, se comunicaban en las jornadas
aventuristas, de esa lejanas lenguas, hoy la recordamos, gracias a la vueltas
en origen, de esos hermanos de sangre, de miles de kilómetros dejaron queridas
tierra, para encontrar un futuro mejor, algunas veces no tan mejor como se lo
describieron.
Aunque sea parecido el
español de las américas, casi ya no usamos sus significados algunos de sus
palabras, dejando en olvido, esas moribundas palabras,
como es la de platicar.
A mi recién amigo, le
mostré unas páginas Web, como la de Pueblos de España, mostrando
fotografía, se familiariza, con diferentes lugares de nuestra geografía,
puesto que ellos viene con una agenda de visitas de lugares y rincones de
nuestro querido País.
Llevándose a su ciudad,
como cada fin de semana, la universidad o su programa, visitaban algunos
lugares, que a mí me costó llegar en varios años, y ellos en menos de ocho
meses, se llevan los mejores recuerdos de España.
A poco tiempo, de sus
final estancia, le dije que el visitó más lugares que muchos de nosotros, en
tampoco tiempo, preguntándome cuando yo viajaba, pues yo también le enseñe varias fotografías
de localidades, en mi bloc.
Lo que le respondí, como
casi todo ser viviente, en vacaciones y con dinero cuando disfrutamos de
nuestros 30 días naturales; pues en mi época de estudiante, continúe, eso de
hacer cursillos universitarios, estaban destinados a otros tipos de personas,
más adinerada.
Otro día apareció con
una botella de Rioja, no recuerdo la bodega; pero si lo que le costó, fueron seis euros,
preguntándome, si era bueno, ese vino para beber, le respondí buen caldo.
Me contestó que allá en América, con ese precio era mal vino,
continuo: quería sentir en sus carnes al beberlo, el comportamiento que sentía
el Español.
Se me escapo una sonrisa burlona, dándose cuenta él, le
dije: que tuviese cuidado al beberlo, pues su paisano Hemingway, tuvo serios problemas con el alcohol,
y fue tratado de su enfermedad.
En su lenguaje medio castellano, me respondió que controlaba con esas
situaciones. Nos despedimos, no le vi hasta dos días después, de su
bolsa de estudiante sacó dos botellas, uno de Rioja y
otra de un Ribera del Duero.
Quiero llevarme a mi País el mejor vino, ante lo tengo
que probar, él y su compañero de habitación; otro americano, cada noche los dos
se bebían una botella de vino.
Como estarían por la mañana, que esa tarde ni se paró a
conversar, dando grandes zancadas desapareció, dejando en el aire el vaivén del cordón desabrochado, de su zapato derecho.
Debe de ser la moda en su ciudad o cosa de la edad, pues
varia veces le advertí, de que se pisaría con el otro zapato el cordón y podría
tropezar, no me hizo mucho caso y siguió
sin abrochárselo. Visualice en su cara la tez colorada,
que produce la masiva ingestión de alcohol.
Me preocupe, pensé que
ya conoció esos síntomas de la resaca, una hartada de vino, ese día 17 de diciembre, eso me pareció que le
ocurría, por lo despistado que lo encontré, ante de desaparecer, le llame.
Le dije que otra denominación de origen, tenía que probarla, como vinos de la Mancha o
de Toro, al escuchar toro, abrió algo más los ojos, al sentir su
sorpresa, le insinué que un buen vino, era su sangre.
Por la cara que puso de asco y asombro, le tuve que sacar
de sus dudas y errores gramaticales, explicándole y refiriéndome a una denominación de origen vinícola origen catalán.
Y un apreciado vino de la bodega de torres, se quedó más
tranquilo, no sé qué pudo pensar, pero su expresión me imagine un plan Drácula, viviendo sangre del animal.
Te estaba esperando, le dije, para darte este regalo, es
una botella de vino de Madrid. Es un buen vino, aquí también es denominación de origen,
no tan conocida, como otras.
Dándome la gracia, cogió su botella Puerta de Hierro, para desaparecer por la escalera
izquierda. Al día siguiente, coincidimos otra vez, comentandome que tanto su
compañero y a él, le gustó mucho ese caldo.
Pero no lo encontraba en internet, se lo busque en mi
celular, me conecte al wifi, encontrando varias tiendas que lo suministraban.
El día 19 de diciembre, apareció con otra botella
denominación de origen de Madrid, que viajaría a chicago ese día 21 de diciembre,
pues de todos los vinos bebidos, fue
este que nos gustó más, me dijo.
Nos despedimos con tristeza, sobre todo él, se encontraba
muy a gusto en España, prometiéndole que
volvería en cuanto acabara la carrera, tenía pensado en poner una pequeña empresa o negocio, en
el País.
Antes de que se te
olvide el idioma, intenta hablar el español, con alguien de habla hispana. No te
preocupe me contestó, su compañero de universidad de chicago, es de México y habla Español.
Continuo: lo que más
siento, es perderme el sorteo de Navidad, tengo entendido que es un verdadero
espectáculo, llevas algún decimo, le pregunte, dos me respondió, así, que lo
tendré que ver vía internet.
Las uvas, también te
lo perderás, con pena en los ojo, me comentó, que encargó a su madre,
comprarlas para brindar el año como se hace en España.
Le hable de dos leyendas
que circulan, en la tradición de las doce uvas. Pues le comente que es
originaria de Madrid, y de España, y ahora de chicago me interrumpo, y de
otros países gracias a vosotros, los estudiantes.
¿Y quién sabe si dentro
de menos de una década, este aceptada en América?
Otros chicos y chicas estadounidenses, también
se llevaron esta pequeña tradición, y nos despedimos el más que yo, una pequeña
lagrima se deslizaba entre su mejilla.
Y así ese día 21 de diciembre, muy temprano, como me dijo
la noche anterior, iría en taxi, al aeropuerto, Adolfo Suárez, en Barajas. Hasta hoy que le recordaré,
con sus desabrochado cordón del zapato derecho, andando deprisa por el largo
pasillo sin pisarlo.
En el parte meteorológico, decían en telediario del mediodía, que en Chicago
estaban a menos cuarenta grados bajo cero.
Pensaba que era el calor del vino, que hacía que durmiera
con la ventana abierta en pleno invierno
madrileño, y me vino a la memoria este simpático americano llamado Brando.
Claro que tenemos que estar contentos de nuestro país y nunca tirar nuestra cultura por la borda!!
ResponderEliminarSi tienes razon, yo estoy muy contento de haber nacido en este País. aunque algunas veces me buscan las costillas.
EliminarMe gustó el blog.
ResponderEliminarVeo en algún artículo la referencia al 11-M.
Dejo mi última entrada hablando del aniversario de los atentados.
Saludos desde Alcalá de Henares.
http://eraseunhombre.blogspot.com.es/2016/03/su-ultimo-viaje.html
Gracias por tu comentario, lo leeré
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