Madrid 11 / 4 / 2021
El saber, SI ocupa
lugar
Como todas las Mañanas,
antes de salir, clasifico las bosas de los desperdicios caseros que se va
acumulando, durante algunos días.
Después de coger las sacochas y cerrar la puerta de la dependencia,
en el descansillo del rellano, deposito los costales, para tener la mano
derecha libre y pulsar el botón de llamada del montacargas.
Ya en la calle me
dirigí a los respectivos contenedores de
las impurezas y restos de cochambre, según iba depositando los
envasados en los diferentes depósitos,
visualicé algo en el suelo en la esquina del
cubo destinado al reciclaje de papel y cartón.
Bien colocado, se encontraba
una talega llenas de libros, ¡eso es lo que a mí me hacía falta! Dije, pues ya
no me quedaba vademécum alguno para mi pasión, “la Lectura “.
Así que los recogí y los
lleve a mi lugar de trabajo, clasifique los manuscritos, uno de ellos era un
famoso libro “el niño del pijama de rayas”, me lo dejaron hace una década, para leer, y esta era mi gran
suerte para sumarlo a mi pequeña estantería.
Otros volúmenes eran novelas
basadas en hechos de fenómenos paranormales y otro, una novela histórica ambientada en la Europa
de la Edad Media, que por cierto me gustó mucho su ojeada, dos días después empecé
su lectura, bebiendo en la misma entrañas del texto, el titulo era “ pájaros
negros sobre la Catedra “
Intrigas, suicidios, asesinatos,
amores, mentiras, hermandades secretas leales al chantaje de la curia Romana,
son los entresijos de esta narración que me alegre de tenerla en mi anaquel.
La sed del saber me llevo a
terminal el volumen antes de lo previsto, pasando el 15/4/2021 pasando a leer otro ejemplar distinto ambientada en
fantasmas,” se quién eres”, el titulo engancha, pensé, como si estuviese
destinado a mí.
Como si me conociera toda la
vida el autor, me identifique con el protagonista, que le ocurre cosas
extrañas, como a mí me paso hace muchos
años atrás.
No sé si el antiguo lector,
por el miedo que se pasa en sus páginas por el embrujo de sus hojas, clasificó estos libros
para deshacerse de ellos, dejándolos en la bolsa, para que se viera y el
siguiente lector, los recatara de un terminal casi seguro a la desaparición de
estas obras.
Un sacrilegio dejando estos
tomos abandonados y olvidados como se
abandonan las mascotas al llegar el verano, un pecado que los dueños tendrán
que responder en el juicio final, si llegara algún día.
Hoy termine su lectura, me
sentí defraudado no me cautivo su lectura, pensé que me daría “ yuyu o miedo”,
por eso creo que abandonaría los texto, pero no creo, que fuera por el temor a
sus narraciones.
Estoy casi seguro que fue otra decisión, pánico, el horror que todos
tenemos, cuando no tenemos más sitio en las estanterías o biblioteca, y se tiene que decidir qué libro
o no debe quedarse en casa.
Entonces se puede decir que
el saber si ocupa un lugar, pues no son los primeros ni los últimos libros, que
se depositan en el contenedor del reciclado, alegando que ya las bibliotecas
municipales, no los recogen.
Enrique Manuel Hidalgo para
El País de la Piel de Toro
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