la rotonda

El País de la Piel de Toro

                          El Accidente

                          609 palabras

                     Madrid 5 de junio 2018

Vamos date prisa, que ya sonó el despertador y me tienes que llevar al trabajo dijo: su esposa. Pues no me apetece coger el coche, respondió: el.

Ya me acostumbre al transporte público y además ya no estoy tan motivado al volante. Ala, ala, pues motívate y te desmotivas cuando me dejes en el trabajo, contestó ella.

Así lo hice, ese marte de junio,  a las 7 y 15 y me dijo ella, que la dejara en el segundo semáforo, y que yo diera la media vuelta, para marcharme.

Como de costumbre obedecí a su orden, bajando doctor ezquerdo, hacia la rotonda de Conde Casal, incorporándose a la autovía de Valencia, saliendo en el primer desvió, hacia Pablo Neruda, cruce la av. De la Albufera.

Continuando por la avda. Pablo Neruda, hasta la rotonda de la calle lago de calafate, incorporando a la izquierda  con la calle Leoneses.

El semáforo se puso rojo para mí, al volver arrancar el  automóvil  y haciendo la rotonda mencionada, visualice una mujer en cuclillas, con la palma de la mano en alto, en señal de parar.

Al lado estaba tumbada boca abajo una niña aproximada de unos 13 o 14 años, sin moverse del asfalto, a lado de ella, un coche rojo puertas abiertas.

Otro atropello me dije, señalice la parada con los intermitentes del auto en posición de emergencias, sin Salí del coche cogí mi teléfono móvil, con la intención de llamar al 112.

Pero en ese momento ya estaban varias mujeres con teléfono en mano, llamando al Samur, dejando los coches en el semáforo parados y a la carrera llegando hacia la herida.

A los pocos minutos ya la tenían rodeada al accidentada de pie y agachadas por unas seis o siete personas, me dio la tentación de utilizar la cámara del móvil y captar la escalofriante imagen, que yo estaba viviendo.

Y mándala como denuncia, a la cadena autonómica, pero me arrepentí de hacerlo por respeto a la menor y a otras personas. La niña seguía sin moverse y tumbada.

Una vez ya colapsado los dos carriles de subida y ante mi mal parada y viendo que ya estaba atendida la chica. Decidí salir de la rotonda para no entorpecer más, y facilitar la llegada de la ambulancia.

Incorpore la marcha. Que yo sepa es el tercer atropello, de peatones que visualizo en esta  rotonda, quizás sea un punto caliente, y deban actuar los servicios de protección civil o agente de tráfico.

En los tres caso que yo recuerdo eran niños o niñas, no lo sé si es que llegan tarde al colegio y deciden correr, atravesando la rotonda sin mirar, o se saltan los semáforos los coche.

En cualquier caso, me imagino que avisaran los servicios de emergencia, al coche de atestado de accidente de la policía Municipal para que investiguen las causas de los atropellos.

A encontrarse en un cruce de dos calle, la rotonda, está en el medio y  tiene arbolado, a lo mejor es, este  el motivo  de tener poca visibilidad.

En cualquier de esta calles está el peligro, por lo que veo, mis acompañante al volante, me dicen que voy pisando huevo, pero lo que veo,  no se puede correr con el coche y menos en calles con poca visibilidad.

Soy consciente que cada día, estoy más inseguro con el coche, los reflejos ya no eran como hace 30 años, pero cada vez me gusta más el transporte público en esta ciudad.

Es una pena que a los conductores nos cueste un disgusto cada vez que nos trasladamos de un sitio a otro en el vehículo particular

 Enrique Hidalgo para El País de la Piel del Toro