Mi otro Yo:
Te
lo tenía que decir. Ya pasaste de los cincuenta años y yo, no puedo ser más tú cómplice, de tú otra
esencia. Quizás naciste como un hijo deseado, pero viniste al Mundo equivocado,
donde la estupidez, gana por goleada a la sensatez. El cariño, no tuvo presente
en tu zona, pero aun así pudiste aprender por sí solo, que lo más importante es
el Amor y sacrificio por los demás. Tu mejor escuela fue la universidad de la
vida, tu profesor te enseño, que la subsistencias a la supervivencias, es saber
bailar un tango, los difíciles pasos que dar la danza son como los altibajos
que te da la misma vida. Eres de esos que llaman los vencedores que reclaman el
triunfo y el prestigio, aunque no sea en esta vida. Animo ya te queda poco para
ganar el último ciclo, la satisfacción de haber sobrevivido.
Relato enviado para concursar el RNE, la base del concursos fue la descripción del otro yo, y yo me base en un experimento que vi en YouTube, era un presentador que dejaba caer de su bolsillo, 20 dólares, y según estaba en el suelo lo más avispado en vez de avisarle al caballero que los perdió, hacían todas las artimañas para quedarse el dinero, que no era suyo, hasta que hicieron la misma operación, con un chico de unos 16 año, que vivía en la calle, al que al pasar por su lado, el presentador dejo caer los 20 dólares de su bolsillo, el chico aviso al caballero que lo perdió, y este anonadado ante esta reacción de buen samaritano se los regalo, no ante de darnos una buena lección de bondad.
Enrique Manuel Hidalgo para el País de la Piel de Toro
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