El bolso
Madrid 16/9/2021
Una mañana de primavera me le del
año de pandemia 2021 me levanté afónico, transcurrió el día y la falta de voz no se iba.
Al día siguiente me intercambie Los
palabras con un compañero, según iba hablando con el tono correspondiente y a mistad
del párrafo notaba como la sintonía del tono de mi voz se apagaba, se iba
bajando de volumen hasta llegar a un siseo.
No le di mucha importancia, lo achacaba
a un enfriamiento o principio de constipado. Mi Mujer me pregunto en lo días posteriores
a mi mal.
No sé qué me ha pasado, pero desde que
me vacunaron de la segunda dócil, padezco
está falta de voz.
Llegó las vacaciones de verano y el cambio brusco de mi voz no desaparecía,
cada vez notaba más mi falta de mudez.
Una tarde noche preparando una barbacoa
en el patio de la casa, un familiar, enfermera de un conocido hospital
Madrileño, me dijo que esa falta de voz, me la tenía que tratar el médico de
cabecera o familiar, y así lo hice a la mañana siguiente, solicite cita para el
Galeno, después de exponerle el caso me derivó al especialista,
otorrinolaringología para el 16 de septiembre 2021 a las 15,30 .
Cuando llegue a la sala de espera del
ambulatorio, me la encontré casi vacía de pacientes, me llamó la atención que
enfrente de la puerta de la consulta, estaban sentadas dos mujeres, una anciana
con andador y una chica joven de 16 a 18 años hablando entre ellas
Yo, me senté en los bancos detrás de ella,
para visualizar mejor la pantalla de los números de orden, y la puerta de acceso
de la consulta del doctor. A los diez minutos sonó un nuevo aviso en pantalla,
las dos mujeres se levantaron y fueron a la consulta correspondiente a los
avisos, desapareciendo de tras de la puerta al cerrarse.
Unos cinco minutos después me levanté
para ocupar el asiento de las dos mujeres llamadas al despacho correspondiente,
desde ese lugar tenía mejor vista a la pantalla, estaba más cerca.
Al levantarme de mi banco hacia ese lugar,
me encontré con un bolso de piel curtida
mediano con una tira de cuero larga para colgar en cualquier hombro.
Deducir que la faltriquera perteneciera
alguna de las dos mujeres, que se encontraba sentada diez minutos antes de que
saliera su número en la pantalla.
Dudé, no sabía que hacer con la cartera,
si esperar a que saliera tras el consultorio o entrar en el despacho
correspondiente.
Tome la segunda opción, por si me tocará
mi turno en el momento de entregar el objeto olvidado.
Al final me levanté, fui hacia la puerta
de la sala, donde se encontraba las mujeres llamé con varios toque con los
nudillos de los dedos y abrí el Portillo, sentada estaba la chica joven con
cara de asombro, sentada en la camilla
la anciana mujer y de pie el facultativo, anonadadas por desconocer mis
intenciones.
Es suyo este bolso, pregunte, sí, me
dijo que es de mi abuela dibujando una sonrisa de
agradecimiento en su rostro y dando me la gracia por ello, pues tenía las
llaves y los documentos dentro de la bolsa.
Cuando salí, a los dos minutos me
llamaron a consultar, me metieron un cable con cámara por la boca, para
examinar por dentro mi muda voz.
Citándome para otra nueva exploración en
el hospital correspondiente en enero 2022, pues veía un pólipo sésil en la
cuerda vocal izquierda.
Necesitará cirugía, pues es el único
tratamiento para que no vuelva aparecer la afonía.
Llegó el mes de la cita me hicieron una estroboscópica, vieron mejor el gran
pólipo, la doctora nos mostró a imagen real mi garganta en su ordenador
mostrándome las cuerdas vocales al tratarse la carnosidad en la parte inferior
de la cuerda vocal, el tumor benigno, me insistió varias veces, impide el
cierre glótico completo de las cuerdas vocales.
Volviéndome a citar en unos meses
después para ver su evolución.
Enrique M. Hidalgo para el País de la Piel de Toro
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